sábado, 19 de septiembre de 2009

Parábola del Sembrador

Evangelio según San Lucas 8,4-15.
Como se reunía una gran multitud y acudía a Jesús gente de todas las ciudades, él les dijo, valiéndose de una parábola: "El sembrador salió a sembrar su semilla. Al sembrar, una parte de la semilla cayó al borde del camino, donde fue pisoteada y se la comieron los pájaros del cielo. Otra parte cayó sobre las piedras y, al brotar, se secó por falta de humedad. Otra cayó entre las espinas, y estas, brotando al mismo tiempo, la ahogaron. Otra parte cayó en tierra fértil, brotó y produjo fruto al ciento por uno". Y una vez que dijo esto, exclamó: "¡El que tenga oídos para oír, que oiga!". Sus discípulos le preguntaron qué significaba esta parábola, y Jesús les dijo: "A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de Dios; a los demás, en cambio, se les habla en parábolas, para que miren sin ver y oigan sin comprender. La parábola quiere decir esto: La semilla es la Palabra de Dios. Los que están al borde del camino son los que escuchan, pero luego viene el demonio y arrebata la Palabra de sus corazones, para que no crean y se salven. Los que están sobre las piedras son los que reciben la Palabra con alegría, apenas la oyen; pero no tienen raíces: creen por un tiempo, y en el momento de la tentación se vuelven atrás. Lo que cayó entre espinas son los que escuchan, pero con las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, se van dejando ahogar poco a poco, y no llegan a madurar. Lo que cayó en tierra fértil son los que escuchan la Palabra con un corazón bien dispuesto, la retienen, y dan fruto gracias a su constancia.

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Hola, Ro, este es el evangelio del sábado y del domingo. Quería que lo leas, porque habla de la Palabra de Dios.

La Palabra es el mismo Jesús, eso es lo que se entiende comúnmente, porque Cristo es Dios y fue enviado por el Padre y es quien nos lo da a conocer. En el Evangelio según San Juan, lo primero que se lee es que la Palabra es Dios. San Juan es el más místico de los tres evangelistas, eso se supone que refleja el carácter de la comunidad del evangelista, que creo que estaba en Asia Menor. El Evangelio según Mateo, en cambio, fue escrito para la comunidad judía, y por eso pone el acento en señalar que Cristo es el cumplimiento de las promesas hechas en el Antiguo Testamento, que es la Nueva Alianza que viene a renoviar la vieja. El Evangelio de San Marcos fue el más antiguo y lo escribió un colaborador de Pedro, en Roma. Se acentúa en el carácter divino de Jesús, es muy corto. Y el Evangelio según San Lucas fue escrito para los paganos, por eso lo muestra a Jesús más como un hombre igual a todos, pero siendo a la vez Dios. Es el que cuenta sobre la infancia de Jesús, y es el más didáctico de todos porque no supone ningún tipo de conocimiento previo.

Esto lo sé por leer un libro del Padre Rivas, pero no me acuerdo el nombre y no lo tengo en casa, lo tuve que leer para Teología I, en la facultad.

La parábola es una de las muchas que aparecen en el Evangelio, porque Jesús enseñaba de ese modo a la gente, cuando hablaba y explicaba (era Maestro, rabbí en hebreo, un título que hasta los fariseos le daban, para que te dés una idea. Eso hablaba de lo grosso que era Jesús enseñando) lo hacía con parábolas, ya que así todo el mundo podía entender, al menos la parte del mensaje más difícil la hacía cercana al entendimiento de todos. Él le predicaba a todo el mundo, a la gente sencilla y a la no tan sencilla, pero de ese modo, hablando de cosas cotidianas, todo el mundo podía comprender, si lo meditaba en su corazón. Pero después, a los discípulos los llevaba aparte y se las explicaba mejor. Porque serían ellos los que después tendrían que explicarle al resto.

Esta parábola está explicada según el mismo Jesús se las explicó a los discípulos. Y habla de las distintas actitudes que puede haber frente al Evangelio. Y si lo pensás, vas a poder ver que es así como lo describió Jesús. Y el mensaje último es fundamental: que hay que escuchar con el corazón bien dispuesto, sin prejuicios, y retener la Palabra de Dios o meditarla, y actuar en consecuencia, o dar fruto.

Te mando un beso, espero que hayas disfrutado de su Palabra, y espero, como siempre, algún comentario.